18.12.12

corazones

Hace un tiempo, no hace mucho, se me quebró el corazón.
Hace un tiempo, hace poco, decidí repararlo sin rencor.

pausas

Una pausa para respirar. Para olvidar las cosas que no nos permiten recordar que estamos vivos.
 

27.11.12

historias

Cambian las escenas, cambian los actores.
Cambian las situaciones, cambian las personas.
Personajes, personas.

19.11.12

lugares

Llegamos sin querer, sin darnos cuenta.
Nos vamos dándonos cuenta de cuánto quisiéramos quedarnos, como en la vida.

22.10.12

martina

Me llamo Martina y tengo 34 años. Soy abogada de profesión y vendedora de vocación, al menos eso dicen las víctimas de mis discursos, aparentemente persuasivos. Que no es lo que decís, es tu sonrisa; que es la forma en la que mirás; o no, puede ser el acento en las palabras…no sé. O  quizás, ahora que lo pienso acá sentada mientras mi vida se me hace una escena cinematográfica, quizás sólo sea que no tengo verdaderamente ninguna intención. Sí, es tal vez que la honestidad es lo que más “vende”.

Lo cierto es que las víctimas se entregan a los discursos no sangrientos pero sí asesinos de esta mujer (inocente) que soy. El Síndrome de Estocolmo me exceptúa o justifica o, espero al menos, explique el cariño que me tienen. Todos te quieren, dice mi hermana cuando tomamos unos mates debajo de la parra en la casa de los viejos. Todos menos él, porque se enamoró de mi, es verdad, pero algo anda mal. 

Ahora me traiciona, tiene una amante que no conozco pero que imagino. Y después de estar engañándome por un año, creo que anoche fue la última vez. Simplemente lo intuyo al momento que supongo que se quedará con esa última cerveza y los besos en una cama alquilada, como el mejor recuerdo de ella. Y mientras espero que salga de bañarse para ir a cenar a la casa de su hermano que hace monólogos de su éxito, pienso que el mío, mi triunfo y el premio que la vida me ha dado, es él. Entonces deseo que el recuerdo que tenga de mí, cuando ya no esté, porque no sé si va a aprovechar esta última oportunidad, que ese recuerdo, sea un poco más que los dos centavos que quedamos debiéndole a la felicidad. Si ponía uno él y otro yo, hubiésemos pagado la deuda. Pero cada uno miró para otro lado, buscó otras cosas para no salvar esta relación.

Sí, es mejor que hablemos después que volvamos de la casa de su hermano. O antes…para qué fingir una relación que nos terminó por dominar a nosotros, los verdaderos actores. Fuimos incapaces de reinventarnos, o al menos de reciclarnos. Mi profesora de química de la escuela secundaria decía que nada se pierde, que todo se transforma. ¿Adónde estamos yendo entonces? ¿Cuál es la trituradora al final de este camino que hará migajas este amor para convertirlo en otra cosa? En verdad quisiera transformar nuestra pareja en algo mejor. Me equivoqué, lo sé. Pero él también y no sé si lo asume. ¿Qué intentó mejorar entre nosotros dos durante este año con una amante de la que además, se enamoró? Las soluciones llegan con decisiones claras, con todas las fichas sobre la mesa de juego, porque sino se trata de una trampa en la que cae el mismo tramposo.

Voy a decirle, cuando salga del baño, que cuando volvamos tenemos que hablar, que así no podemos seguir. Ahora Marcos abre la puerta y yo, sentada sobre la cama y apoyada sobre el respaldar, lo miro. Esos ojos los conozco, me dice. Son los de siempre, le digo. Está ahí, tan igual pero tan diferente, ¿es que de algo sirve reinventarnos, reciclarnos? Quizás simplemente deba terminar, debamos separarnos. Deja caer la toalla y camina desnudo por la habitación, pero lo único que puedo ver es la firmeza que lo sostiene, cada paso, cada cosa que ha hecho en su vida ha sido la demostración de un hombre seguro y confiable. ¿Estaba seguro de tener una amante? ¿Qué clase de decisión es esa? ¿O simplemente pasó? ¿No podía decírmelo, por qué engañarme?  ¿Qué hace acá conmigo todavía?

- No vamos a ir a lo de mi hermano.
- ¿Por qué?
- Porque quiero que hablemos.
- ¿Y por qué no hablamos después si la ya le dijiste que íbamos a cenar?
- Porque necesitamos hablar en un lugar neutral…y mi hermano me perdonaría cualquier cosa, no importa el error, y en cambio no sé si vos me perdonarías todo.
- ¿Por qué habría de perdonarte todo?
- Quizás porque no hay uno, en la relación, que sea más omnipotente o misericordioso.
- Pero hay diferentes tipos de errores.
- Sí, los más importantes son los que te lastiman el alma…algo tan sublime… ¿qué determina que un error sea tan tremendo? Eso, la manera en que el alma te quedó después que te hirieron. 

Me llamo Martina y tengo 34 años. Soy abogada de profesión y vendedora de vocación, al menos eso dicen las víctimas de mis discursos, aparentemente persuasivos.  Pero los victimarios algunas veces también somos torturados. No sé si Marcos practicó su alocución, si en verdad esperaba que yo lo perdonara o que en una suerte de soliloquio conmigo solamente en el auditorio, buscaba su propio perdón. Sucede que las primeras víctimas de un hecho delictivo, son los victimarios.

Hablamos ahí, no hubo lugar neutral. Nos sinceramos y ni siquiera sé si nos perdonamos. Pero sí sé que anoche fue la última vez para ellos dos, amantes que quisieron ser de ocasión, que lo fueron, pero que se enamoraron. ¿Realmente se enamoraron? Un par de besos de vez en cuando, un resumen de la vida en una salida clandestina, la adrenalina de lo prohibido, la idealización fingida y una conexión particular, no son la mejor descripción del amor, me dijo Marcos. Esos ojos los conozco, afirmó después. Son los de siempre, le dije. No, son diferentes. Son los mismos Marcos, pero miran diferente.

Me levanté de la cama y me fui al baño. Busqué mi mirada en el espejo. ¿Qué determina la gravedad de un error? La herida con la que queda el alma, la medida de su dolor. ¿Hay medicina para curarla? Tal vez un análisis matemático que arroje un resultado de la relación, calculando lo positivo versus lo negativo durante los años que duró el amor. Quizás un estudio profundo de significados o una investigación histórica para determinar si algo de todo, valió la pena. O no, a lo mejor, la única medicina es un abrazo que inaugure una nueva oportunidad para intentarlo. Ahora la que abre la puerta del baño soy yo. Esos ojos los conozco, le digo. Son los de siempre, me dice. Sí, pero miran diferentes Marcos. Como los tuyos, responde.

aeropuertos y hospitales

¿De qué se disfraza la espera? Es paradójico que lo que significa estar detenido en el tiempo, movilice tanto. Entre el flujo de excesos que son nada y todo estoy acá sentada. Abrí mi mochila para encontrar algo que me hiciera el momento un poco más llevadero y ahí estaba tu libro. Lo he tenido conmigo durante todo este tiempo desde ese día que me lo diste, y aún no lo he terminado. Lo miro desde lejos, lo acerco y pienso qué lindo sería poder traer personas y momentos a un lugar un poco más cerca que la memoria. Porque recordarte no me alcanza para sentirte. 

La espera invade el tiempo, lo paraliza y toma el cuerpo. Y desde otro lado salen las energías, las expectativas buscando un giro que calme la ansiedad, el miedo de lo que viene o de que eso jamás llegue; lo incierto haciéndonos vibrar en espiral. Y nosotros estamos ahí, en una silla pública y común que sostiene todas las extremidades moviéndose: una sala de espera. Es ahí donde se dirime el futuro.

Aeropuertos y hospitales. Gente que va y viene al-del-por el mundo. Esos espacios que son de nadie pero de los que necesariamente tenemos que apropiarnos. Y durante todos estos años me he adueñado de lo que en suerte me ha caído. Claro, además de lo que he elegido.

Alrededor hay gente emocionada esperando un vuelo. Aparentemente todos vuelven o todos se van en busca de lo que dejaron o a encontrar lo que aún no tienen. Y tanta felicidad, los chicos sobreexcitándose con el espectáculo aéreo ante nuestros ojos, las parejas recientes dándose besos y las no tan recientes recuperando la magia, las ropas informales y de colores, las risas y los abrazos, tanta felicidad me recuerda a ese enero en el hospital.

Fue cuando llegó Matías. En verdad ahora podemos decirle Matías, pero hasta ese momento no tenía nombre. Cada cual en la familia lo llamaba a su manera y yo, yo solamente pensaba que no podía imaginármelo. Y a veces sin imaginación la realidad se vuelve más sabrosa, la del presente que se disfruta sin pensar más allá y la del futuro que sorprende. Sí, la imaginación es el único pasaporte a tomar vuelo, pero a veces también traiciona. 

Mi hermano llamó para decirme que estaba por nacer y dejé todo lo que estaba haciendo. Entré por la guardia (respeto el sufrimiento, pensé, y elevé una oración al destino para que el dolor alguna vez pese menos), llegué hasta la sala y de frente nos encontramos con mi hermano; jamás le había visto brillar tanto esos ojos negros a los que nunca se les encuentra fondo. Por qué será que hacen falta tantas palabras para entenderlo todo y sólo un gesto explica lo que realmente se siente en los momentos más importantes. Pasá me dijo, y él estaba ahí tan chiquito y tan real. Entonces me imaginé en ese lugar, trayendo alguien al mundo, con la esperanza de que no sea la realidad la que me traicione.

Y ahora esta es mi realidad, a la que me devuelve el altavoz informando que mi vuelo está por despegar. Vuelvo la mirada al libro. La tapa son de esas que no dicen nada y en la contratapa, leo el recuerdo de tu voz diciéndome simplemente que me lo regalabas porque cuando lo leías te acordabas de mi. Hoy espero que algo de todo  lo que vivimos mantenga en vos una postal de lo que fuimos, porque yo cada tanto te traigo a la memoria, pero cuando no, aparecés  con el libro: cuando salgo de casa y lo veo en la biblioteca, cuando queda sobre la mesa por haberlo sacado en un intento frustrado de terminarlo o así, cuando viaja conmigo adonde sea. Nunca te di nada que  garantizara mi presencia eterna en tu vida, pero más allá de las veces que nos hablamos o escribimos, espero cada tanto entrar por la ventana sin golpear la puerta y darte una sonrisa con algún recuerdo añejo.

Embarco y tengo la misma sensación de siempre cuando me subo a un avión, es lo más cercano al deseo siempre eterno de mi mejor amiga de tele-transportarnos. Es que las distancias a veces duelen tanto, aún cuando muchas ayuden demasiado. Y creo que por eso nos alejamos, para preservar el milagro de habernos encontrado. Milagro, esa es una palabra que te pertenece.

El destino y sus circunstancias me han hecho viajar mucho. Por trabajo o por placer me subo a los aviones con más frecuencia de la que subo a la terraza de mi edificio. Y a decir verdad, el mundo se ve igual desde cualquiera de los dos lugares porque aprendí que, simplemente, hay que saber sintonizar perspectivas. Busco mi asiento, lo encuentro y me acomodo. Este no es cualquier viaje, voy a verte.

No fue la última vez que nos vimos sino al principio, cuando como un postulado inviolable nos propusimos encontrarnos el 20 de julio de unos tres años después en el que en ese momento estábamos. Hoy es ese año, hoy es 20 de julio. Voy a llegar tarde como siempre, no por la combinación de vuelos sino porque me mal acostumbré a no ser la primera en la construcción de una escena. Y mucho menos una escena como esta que si fuese la de un film cinematográfico, no sólo sería éxito en cartelera sino que sería galardonada.

Entonces cuando llegue vas a estar esperándome, y te imagino poniéndote de pie con los ojos iluminados, el tiempo no ha pasado te lo juro para ninguno de los dos. Y cuando nos sentemos, comenzaré el guión mirándote a los ojos, abriendo el libro en la página exacta porque me lo conozco de memoria, y leyéndote “Hace algún tiempo”. Mi texto favorito después de este claro, el que construimos nosotros dos desde hace tantos años con esta historia.


18.10.12

14.10.12

homenaje

De Jorge Luis Borges

(Un homenaje al compañero que en voz alta lo recitó, a quién lo leyó, a quién después preguntó. Compañero, de esos que te acompañan...para siempre.)

Mientras escribo me siento justificado; pienso: estoy cumpliendo con mi destino de escritor, más allá de lo que mi escritura pueda valer. Y si me dijeran que todo lo que yo escribo será olvidado, no creo que recibiría esa noticia con alegría, con satisfacción, pero seguiría escribiendo, ¿para quién?, para nadie, para mí mismo.

Jorge Luis Borges, en el libro "Cuando ya no importe" de Juan Carlos Onetti.
(Porque cuando ya no importe, nada, esto seguirá importando)

20.9.12

un lugar para mí

Este mundo no funciona si no hay un lugar para mí. No me digas que soy egoísta o egocéntrica, no me digas, como preámbulo a tu teoría del ombliguismo, que me creo el pupo de todo. Porque aunque me lo expliques, me lo grites o me lo susurres al oído mientras evitás quedarte prendido a mi cuello que se angula con la erosión de tu respiración, mientras, yo voy a sentir que necesito un lugar para mí.

Aún tu teoría del pupo es escasa. ¿Creíste que me alcanza el lugar que ocupa el ombligo? No, necesito un espacio grande para mí. Porque si no lo tengo, sólo hay cabida para mi humor, que desatento y enfadado gatilla contra la rutina y la desarma en segmentos de tiempo que oscilan entre el ánimo y el desánimo.

El pupo es pequeño, no me alcanza para todo. Necesito mi lugar, uno para mí sola. Porque todo esto se desmorona cuando pende del hilo de mis estados. Este mundo no funciona si no hay un lugar para mí. Mi mundo que es parte del tuyo. Y perdoname que te lo diga así, así como se lo digo al mismo pupo que de tan pequeño sólo contiene lo que transpiran mis sensaciones. Necesito un lugar para mí que sea más grande que el pupo, necesito mi cuerpo, necesito mi mente. Esa conexión de cada milímetro, de cada segundo que respira el tiempo de descuento que me queda.

Un lugar colorido pero más mate que brillante, quizás parezca opaco pero tenés que verlo desde cerca para darte cuenta que es transparente. Y de tan translúcidos los colores se confunden con los olores, a flores en primavera que en otoño sudan por sobrevivir. Así es este mundo, el mío. Y si no hay un lugar en donde poner algo de todo lo que me forma, se deforma el resto: que la casa, que la rutina, que el trabajo, que la cuenta bancaria, que las recetas para ahorrar o las estrategias para invertir.

Para mí, no para mi pupo. Un lugar amplio con ventanas grandes y puertas giratorias para que entren y salgan los fantasmas con los que convivo, que sean protagonistas en un espacio luminoso de tanto brillo que es la alegría de poder verlos, aceptarlos. Un lugar para mí, porque si entro yo, entramos todos.

4.9.12

rutas

- Tutucas en la vereda con alguna sandía, un mate en la plaza coqueteando con la pilcha de promoción, un suelto de esa marca la más barata CJ ¿te acordás?...eso, sólo algo más, unos pocos mangos para llegar en el bondi hasta la universidad privada...fue el camino hacia la burguesía que encima, es tan rica la guacha.
- Pero tenemos el corazón de arroz, tanto así que el caviar no lo toca... y un par de libros que escudan con la imaginación la banal realidad de los mortales.

22.8.12

emoción

Cuando caen esas lágrimas es porque se te estruja el corazón y se deslizan por tu mejilla como sólo yo conozco. Será que eso también se parece al amor.

11.8.12

volver

Volví a los fideos en el colador, a las arvejas y a otros enlatados.
Volví a las películas de los domingos, después de sábados de fiesta.
Volví al silencio atormentador de los minutos antes de acostarme.
Volví a la soledad.
Pero también retomé mis libros de una biblioteca añeja, relegada. 
Retomé a la mesa de café y al humo del cigarrillo decorando la escena.
Retomé a esos callejones que sin salida conducen a destinos abiertos.
Retomé a los encuentros.
Y me encontré con los años que han pasado sobre este cuerpo.
Me encontré con gestos en mi cara, trazados de personajes e historias.
Me encontré con una desconocida negociando con una nueva realidad.
Encontré a alguien más.
Y con alguien más salimos a caminar y no sé si llegaré hasta donde estás.
Si no aparezco tal vez me perdí en las ganas, si llego quizás sea resignación.
Mis deseos te asfixiaron y con tu asfixia se me oprimió el corazón.
Quisiera prometerte que seremos los de antes, quisiera encontrarte.
Aunque quizás prefiera perderme en el camino a perder mis sueños.

6.8.12

encuentro

En tu barbarie has sido más sabio que esta aspirante a intelectual con ánimos de escritora. Vos consagraste mi obra, fuiste mi mejor historia… la de amor como la nuestra no se vive en bibliotecas.

Pronto vamos a vernos, no llegues tarde porque tenemos mucho que hablar. Ha pasado tanto tiempo y después de todo, todavía te extraño.

18.7.12

guionistas

Si me dijeras quién sos acabarías por ser vos, y no un anónimo espectador.

Sobran audiencias y hasta actores, los que faltan son los guionistas que disparan ideas en revoluciones.

13.7.12

ensayo de un error

El amor es tantas cosas que me olvido de algunas.
Las matemáticas se resignaron con tantas fórmulas.
Tampoco las palabras lo lograron con todas sus letras.
Entonces no pidas explicaciones que son absurdas.
El amor es tantas cosas y a veces no alcanza ninguna.

29.6.12

orejas, ojitos y adelante...

Otro año más. El tiempo es el único que pasa así, sin preguntarnos adónde queremos ir. Asique acá estamos, nos guste o no y no sabemos hasta cuándo.

Tuve ganas de escribirte todo el día y acá estoy. Empecé de mil maneras y creo que esta vez la voy a terminar. Solamente quiero escribirte porque hace mucho no lo hago, decirte cosas que de otra manera no lo haría. No es nada complicado, no es un secreto o algo se le parezca, pero a veces no nos tomamos el tiempo ni el momento para este espacio. Y como nosotros estamos cada vez más separados creí que era una buena oportunidad para escribirte.

Ha sido un año difícil para vos, el peor de todos diría yo, pero creo que descubrimos que sos un hombre fuerte. Entonces además de ser una persona especial y con una grandeza maravillosa, sos un hombre fuerte. El mundo es tuyo si te lo proponés.

Si la vida se me acabara en un instante, no quisiera morirme sin decirte que seguís siendo una de las cosas más lindas que conocí, que nunca más me enamoré de nadie otra vez y que te tengo como un prendedor atado a mi vida. Durante nuestra relación hemos hablado de superación, exilios, separaciones, probabilidades, amor y desamor. Pero lo cierto es que siempre fuimos a destiempo y que nunca nos entendimos, o nos entendimos mal. Y lo cierto es que estamos parados en este punto del mundo, en este momento y con este lazo que un día va a terminar de desaparecer o quizás, en un acto milagroso, se haga fuerte.

Crecimos. Nos hicimos adultos. Y primero nos enamoramos, después nos acercamos, más tarde nos encontramos entre todos nuestros desencuentros. Pero ahora las cosas cambiaron, ya dejamos de frecuentarnos, dejamos de necesitarnos. Pero lo bueno de todo esto es que nunca dejamos de querernos. O por lo menos yo. Deseo para vos toda la fuerza que necesitás para salir adelante. Deseo que encuentres a la mujer que sea capaz de hacerte revivir. Espero que recuperes las ganas de estar vivo. Le pido a Dios que nunca te quite esa energía que tenés adentro, ese carisma y esa belleza que todos vemos.

Han pasado tantos años desde que nos conocimos, y creo conocerte mucho, tanto como la gente que te tiene al lado de verdad: te conozco feliz, enamorado, desnudo o vestido; te conozco triste y preocupado, entero y quebrado; te conozco auténtico, desde lo más lindo hasta lo más feo que tenés.

Quiero pedirte perdón porque nunca estuve con vos libremente. Siempre, absolutamente siempre y aunque digas lo contrario, sólo estuve al lado tuyo en la sombra de nuestro secreto. No importa si vos estuviste o no, esa es otra cuestión. Yo hablo por lo que me toca. No sé cómo se hubieran dado las cosas si todo hubiese sido de otra manera. Pero no tuve el valor de intentarlo, me ganó la cobardía y el precio es esta incertidumbre eterna sobre lo que hubiese sucedido.

Además de pedirte perdón por todas las cosas que hice mal, quiero agradecerte porque aún con tanto dolor me hiciste grande. Hacerte cucharita, abrazarte, fue una de las cosas más lindas que me pasaron en la vida. Quiero quedarme con la certeza de que nos amamos mucho alguna vez, de que fuimos felices juntos, de que la pasamos mal pero también muy bien. Quedarme con esta sensación de que pudimos darnos algo el uno al otro. Pero como me decías vos, hay que seguir: “Tapate las orejas, cerrá los ojitos y dale para adelante”.

27.6.12

carta a Román

Sin preámbulos te escribo, simplemente, para decirte que me enamoré de vos desde que llegaste a mi vida. De lo que sos e incluso de aquello que imagino. Tenés una habilidad especial para desconfigurar mi lente a través del cual observo – y experimento – la realidad. El zoom para alejar o acercar funciona diferente desde que te hiciste eco en mi vida, todo es tan relativo. Y este amor insuperable es el argumento de esta incondicionalidad que diferencia el vínculo que me une a vos.

Sé que nuestra separación – al menos esta primera – va a dolerte un poco. A mí también te confieso. Es que la costumbre hace su trabajo fino más allá del tedio de la rutina. Estamos cómodos así, bien. O estábamos. ¿Para qué cambiar? Los cambios llegan, simplemente llegan. A veces son para bien y otras no. De todos modos suceden, fortuitamente o autogenerados,  los nuevos escenarios montan su estructura ineludible en nuestro terreno. Sin embargo, este giro va a hacernos muy bien. Nuestra relación se planteará de otra manera, con nuevas oportunidades…después de todo, por más que hoy tengamos que separarnos por primera vez, hay mucho en común, nos unen demasiados motivos.

La vida tiene muchas vueltas, en todos los sentidos, tantas que nos mareamos con frecuencia. Y como si eso fuera poco, los humanos la embarramos con los errores, algunos absurdos, infundados y reiterados. La mentira se cobra víctimas haciendo metástasis con la deslealtad y la infidelidad (a personas, a valores, a grandes amores), haciéndonos creer una ficción que inventamos para sobrevivir a la realidad, una que suele ser cruenta. Pero no hay que vencerse mi amor, el arrepentimiento es una buena droga para curarse, mientras que el perdón y la empatía son de baja efectividad, y la honestidad es poco menos que un jarabe para esta enfermedad asesina de la mentira. Es tan mentirosa que hasta se miente a sí misma para engañarnos. Lo cierto es que hay que luchar Román, no puede ganar la culpa, sino la fe y la confianza en que no volveremos a equivocarnos. O al menos intentarlo.

Si la culpa eclipsa la fe, no podremos ser mejores. Por eso tengo fe de que juntos vamos a superar obstáculos. Además no estamos solos…y si sos orgulloso y testarudo como tu papá, vas a poder, porque vas a ser valiente como él. Tu papá eligió tu nombre, Román. Y estoy segura que entre los tres vamos a hacer un buen equipo. Llegaste antes de lo que él esperaba, y ahora aguarda ansioso que salgas de acá adentro.

Amo a tu papá, por eso existís, porque con nadie más hubiese sido capaz de traer una vida al mundo. Le pedí disculpas por tu arribo prematuro, en silencio, como otras veces que lo lastimé o me equivoqué y busqué su perdón sin decírselo…no podría dejar que la culpa gritara más fuerte que este amor que nos une. Y sé que él también lo hizo, sé que ha cometido errores que de haberlos gritado para callar su conciencia, nos hubiésemos separado. Pero no una separación como la nuestra Román, que vamos a dejar de estar juntos acá en mi cuerpo pero que vamos a seguir unidos. No, seguramente vos no existirías de habernos separado. Así está bien, es mejor a veces no decir en voz alta lo que con palabras no alcanza para explicarse.

Cuando el amor es tan grande, ni los errores ni las culpas son suficientes para destruirlo, porque cada uno a su manera intenta ser lo mejor para el otro. Román, sos el resultado de un hombre y una mujer que, más allá de todo, sostuvieron el amor. Y ahora tienen, tenemos, un motivo más no sólo para mantenerlo sino para hacerlo crecer.

Te esperamos.

25.6.12

viajes

Cuántas personas quisiera que miren los paisajes que enceguecen mis ojos.
Y muchas han viajado conmigo. No iba sola, estaban ellos, mis afectos.

12.6.12

mandarina

No es que somos media naranja y venimos al mundo a buscar la otra mitad.
Diría más bien que somos primos hermanos de aquel cítrico, somos mandarina.
Y en cada ocaso vamos perdiendo gajos hasta también desintegrarnos.
Suerte que existen los amaneceres, que aún siendo tan costosos nos despiertan. 
Pero hay que levantarse compañero, estas frutas son de estación mientras dura.
Ojo con la confusión, no somos cebollas que en cada capa desangra en lágrimas.
Somos de color naranja, dulces. Las cosas buenas merecen grandes homenajes.
Y también los lindos recuerdos, los que se quedan más allá de la finita carne.

8.6.12

simplemente siempre vos

Y me equivoqué cuando entoné la canción, no eras vos el que te morías por volver, era yo mi amor y Gardel adónde estás que no me entonás un tango que sane esta frente marchita. Desde Cortázar hasta Borges, o desde la más legítima sabiduría de la señora de la despensa que me vio crecer, me pregunto sobre los matices para encuadrar esta imagen. Pero no, no hay portarretratos para nosotros, seremos la prueba más ardiente de un amor que de tanta pasión se quemó, seremos el amor más anónimo, sin tiempos y sin recuerdos, pero también sin olvidos.

Vas a ser el beso más auténtico que jamás di. Lejos de ser ese que aún cayendo la bomba de Hiroshima no iba a dejar de dar, vas a ser por siempre el que causó la explosión. Vas a ser el amor más perfectamente imperfecto que he tenido.

Te extraño, más que por lo que me diste por lo que fui cuando creíste darme algo, cuando pensé que tenías algo para darme, además de mi propia libertad que sólo con vos supe encontrar. Pero para qué tanta poesía mi amor, si te escribí un libro entero y nunca entendiste ni una sola palabra de lo que tenía para decirte. Claro, cuando llegamos a mi casa esa noche de borrachera, todas las explicaciones estaban mudas. Me viste dormir, te dejé que me vieras dormir. Vas a ser el único testigo de esa noche, de la humedad que le dio vida a ese amor que empezó a crecer en un terreno fértil pero dinamitado.

Es que jamás entendiste mi idioma, sólo podíamos comunicarnos por el lenguaje del deseo que atentaba contra cualquier código que no fuera el de los besos desesperados, ocultos, sólo nuestros. Te extraño sí, cada tanto sos como el cigarrillo que sé que jamás volveré a fumar. A veces te encuentro en textos vagabundos que le piden dos centavos al pasado para despertar el interés de inversores que apuesten a este presente amorfo. 

Un chasquido de dedos cansados me devuelven a la realidad como si fuese menos doloroso que la cachetada de la verdad, no estás acá. Esta será como las grandes historias, las que se seguirán contando aún cuando el mañana nunca llegue. O si llega, cuando jamás termine.

1.6.12

nosotras

Nunca fuimos ni tampoco seremos de ese conjunto de mujeres normales, que se levantan a la mañana, se ponen maquillaje, van a sus trabajos, almuerzan en horario, toman una copa con amigos, que ponen a sus hijos en la cama a las 9 y reservan un sábado de cada mes para ir a la peluquería.

Para el que lo entienda y para los que no, una como vos o una como yo, siempre será esa que disfrute estar dentro de unos pijamas cómodos sin reparar en horarios adecuados, será la que despierte a las 3 de la madrugada con unas líneas escapando de la punta de la lengua o del residuo del sueño, será la que sienta que conecta con el mundo cuando se sienta en ese piso que contiene, será la que pretenda descuentos a los desvalidos aunque no sea buen negocio.

Pero será también la compañera que no te suelte la mano aunque ya no tenga fuerzas, la que te sacuda cuando estés dormido en tu anestesia, la que te apuntale y te empuje cuando tus miedos sean más grandes que tu fe.

Así, yo prefiero estas rarezas que hacia afuera parecieran cosa de locos antes que la normalidad acabada de las señoritas perfectas que no se piensan ni ayudan a los demás a pensarse. Prefiero la rareza de espíritu, esa que nunca te deja quieta, que te obliga a reinventarte a no conformarte.
 
 
Prefiero que nos quieran así, locura de por medio, incomprendida, incontenida, inexplicable, porque si acaso quieren cambiarme, un rato seré la que han querido dibujarme, pero cuando vuelva a ser yo, seré más yo que antes.

By Marina Grasso (Producción a mano alzada)

27.5.12

intersección

Hoy nos cruzamos, miré a tu hijo y pensé que también podría haber sido mío.
Entonces por un momento me quedé pensando en todo lo que perdimos.
Los frágiles cristales que guardaban los sueños se rompieron en mudanzas.
¿Será que también perdimos el tiempo? ¿Que fuimos un yerro del destino?
Aún cuando me gusta pensar mejor, que fuimos sólo un desliz del amor.
Sigo siendo la misma desordenada de siempre, pero limpita te decía.
Sigo dejando el saquito de té para tomarlo, aunque ahora dejé de fumar.
Sigo siendo la misma y por más que a veces la mujer opaca la niña, está ahí.  
Hoy nos topamos en otra intersección de la vida, no saludamos sólo nos vimos.
Las peleas desgastaron las palabras que se quedaron mudas y sin motivos.
Y aunque ya no la leo, a veces recuerdo algo de tu carta de un adiós civilizado.
Me pregunto si seguiré siendo tu único y gran amor, o si sos mi excepción.
Pienso si quizás soy una bonita historia para vos, o si olvidaste hasta mi voz.
Miro atrás, a los costados y adelante para que no me engañe este cruce fortuito.
Gracias a vos conocí un mundo y cuando nos dejamos encontré muchos otros.
El mío es el de siempre, con mi pupo y mis tropiezos seguimos construyéndolo.
Ahora tengo que doblar la esquina y pedirle algunos centavos de más a la vida.
Tengo que andar muchos kilómetros aún, al menos hasta que me deje vivirla.

24.5.12

ganas

Qué ganas de que me encuentres, qué ganas de conocerte.
Qué ganas de que me invites, qué ganas de gustarte.
Qué ganas de tener ganas, de otra vez lograr enamorarme.

Es que el tiempo transcurrido es la conquista del pasado,
pero necesito que me digas que aún nos queda demasiado. 
De esa manera para el beso de mañana nos estemos amando.

Qué ganas de que me encuentres,
de conocerte,
de que me invites,
de gustarte.
De nuevo.

1.5.12

fuera de foco

28 años después, la vida se me sigue desfigurando de la misma manera que aquél día que tomé vino patero.
Es como una escena borrosa, como una foto desenfocada. Y no la entiendo.
A veces la vida es eso, esa última copa de alcohol que te noquea hasta el corazón.
Quizás sea más que algunas veces.

27.4.12

la calesita

Perdí la cabeza de tanto girar en la calesita.
El mareo fue tremendo y el golpe me dejó sin aire.
Hay juegos peligrosos por más felices que nos hagan.
Pero me levanté con la certeza de los soberbios.
Esos testarudos de gritos caprichosos que se oyen.
Y quiero dar vueltas hasta perder la cabeza otra vez.
Es la obstinación resignada ante lo incontrolable.
Entonces observo la calesita que gira en mi espera.

20.4.12

b.a.

El día ha sido de esos que se parecen a la vida, una pulseada entre las alegrías y los rostros borrosos. Y aún con esas cosas que la justifican, es inevitable preguntarse los motivos. Por qué, ¿por qué? Simplemente por qué...
Sucede así y no hay que preguntárselo, me dice ella, cada uno con lo que le toca sin cuestionamientos y asumiendo. ¿Por qué? Porque no hay respuestas. Ese abrazo, esos besos, la caricia, la absurda palabra que intentan calmar pero no sé si en algún momento llegan a curar.
No quiero que te vayas, es eso simplemente. Dejás a mucha gente herida. Simplemente sucede, y no es culpa de nadie, eso es una excusa para tener alguien o algo en quien poner la ira que son las (dolorosas) afirmaciones en las que se convierten las preguntas sin respuestas.
Sí, estoy triste, sufriendo aún cuando en el aire flota eso que justifica que siga queriendo respirarlo. Es que te vas, y tu partida me desata tantas preguntas...¿por qué? Son tantas las respuestas que no llegan a responderse, que el vacío es interminable. Es que no entiendo por qué nos dejás, y tampoco entiendo por qué hay personas que son tan abandonadas sin querer ser dejadas.
Qué sufrida que es, le han pasado todas, me dice ella de nuevo. Tampoco lo entiende pero parece aceptar que le han sucedido todas juntas a esa persona como a tantas otras que dan vueltas junto al mundo en medio de lo inexplicable.
Ya sabemos que vas a irte, lo dijeron los doctores, fue el mensaje de tu cuerpo. Algo tuyo queda en nosotros, justamente para completar el pedazo nuestro que te llevás con vos.
Ninguna palabra alcanza para detener mi mente que observa su protagonismo tácito en esa pulseada que son estos días y que se parecen a la vida.

5.4.12

deseos

El olor a césped cortado una tardecita de verano recién llegado…
Un abrazo como el de mi sobrino a las 4 am cuando pide la “mema”…
Las ganas de ayudar a alguien que necesita algo, sin importar si lo tenemos o no…
Una cerveza bien fría al lado de la pileta o el río, con la gente querida…
Un trabajo que nos guste, que justifique la pelea diaria de su excelencia...
Vivir desde lo que pensamos, desde lo que sentimos…ni más ni menos...
Conocer gente nueva, en Centroamérica o Europa…o en la despensa de Doña Rosa…
Recuperar o no perder la capacidad de asombro, porque es tan hermoso sorprenderse…
Un libro debajo de un árbol, como en esas tardes de Cruz del Eje que tanto extraño…
Esa película que no alquilarías jamás si él (o ella) no estuviese al lado tuyo…
Muchas expectativas, porque aún cuando a veces defrauden, nos mantienen vivos…
Comunicarnos más… dejar que el diálogo sea entre los “Ellos” de la relación…
Salud, que mientras el cuerpo y la mente funcionan, la vida se camina sola...
Perdonar, saldar cuentas pendientes…si hay basura en este mundo, eso es el rencor…
Dar respuestas, hay alguien del otro lado del mundo, que está esperándonos…
Caminar siempre para adelante, porque el pasado es el camino pero quedó atrás...
Dar muchos besos…es la medicina invisible más poderosa que jamás he conocido…
Una de esas carcajadas con amigos recordando las cagadas de cuando éramos adolescentes…
El brillo de las luces del arbolito de Navidad, que veo sentada desde la escalera de mi casa….

4.4.12

oración

Prometí:
Asistir a ceremonias religiosas o visitar algunos santos.
Cortarme el pelo como cuando tenía quince años.
Luchar con ahínco para dejar mis cábalas más arraigadas.
Donar dinero, hacer beneficencia o algunas de esas cosas.
Alejarme de ese hombre al cual solamente quería besar.
Dejar de fumar sin excusas, ni siquiera la mentirosa “seca”.
Reconciliarme con esas personas de las que me separé.
Hacer sacrificios, los que cuestan desde el pelo hasta el pie.

Prometí hacer, dejar de hacer, no hacer más.
Prometí tanto para eso que deseaba que fuera realidad.
Y un día, prometí no prometer más. Heme aquí entonces.
Fe, otra vez. Sé que estás escuchándome.

28.3.12

el bar

{…} En eso estaba cuando apareció por la puerta. Tenía la remera roja por fuera del pulóver gris oscuro, los pantalones que no se le caían por suerte y la barba que le daba el aspecto de cargar un cansancio por adicción compulsiva al trabajo, “¿qué hará acá un sábado a la mañana?”, pensé. Y luego entendí que estábamos ahí para encontrarnos. {…} Lo primero fue “hola, buen día”. Lo último “chau, nos vemos”. En el medio no hubo nada, quizás una mirada. Pero después vinieron todas esas cosas que jamás caben en las estructuras mentales de quien se imagina que la vida es una hoja de ruta y que en la carrera por salir ganadores, la respetamos con el acelerador siempre a fondo. {…}No sé si fue amor a primera vista, si a Cupido se le escapó una flecha cuando regresaba a su casa ebrio después de un furioso y frustrado viernes a la noche tras el desencuentro con su amada Psique, o si fue alguna afición suya a prácticas hipnóticas lo que me inmovilizó. Solamente sé que esa mañana me enamoré de Alejo. {…} Entonces el amor que pensé que no recuperaría se me subió al cuerpo otra vez, quería abrir los brazos cerrar los ojos volar caer y tocar el fondo. La vida se me hizo rulos con ese encuentro fugaz en el que apenas hubo un escaso diálogo de cortesía. Pero en ese momento no sabía aún que a veces se ama y se aprende. Sólo eso. Amás y tenés que seguir adelante.{…}

postal de la soledad

La soledad es el mimo que nunca llega. Mimo es caricia.

22.3.12

vos - yo (separados por un guión)

No voy a verte esta noche, prefiero sábanas frías a una conciencia ardiendo
Es que no me perdono la inconsistencia de mis principios más genuinos
Vos con tu vida y yo con la mía porque no hay cabida para un nosotros

Vos con tus interminables teoremas y yo con mis absurdos estratagemas
Vos con tu resistencia al amor, mientras que para mí es una adicción
Vos con tus ganas de ser vos y yo que simplemente quiero ser yo

Dos seres insolubles tratando de comprender su naturaleza para ser uno
Una fotografía cómica del corazón insensato que confunde términos
No es amor o algo que se le parezca, oscila de la flagelación al egoísmo

Perdoname pero esta noche no voy a ir, necesito quedarme conmigo
Tampoco vos vas a venir, ya es momento de terminar con este juego
Y así está bien, un teórico con un estratega escriben finales de los buenos.

12.3.12

herida de guerra

Estoy herida de guerra y no vas a poder entenderlo, porque las lesiones son propias aún cuando las batallas sean de todos. Es que cada uno vive las peleas, hasta quizás las que no existen, con la mirilla de sus percepciones. Desde ahí busca la escuadra, la que aprendimos a usar en la primaria, para armar figuras que justifiquen el ataque.

Y ¡pum! ¿Pero por qué una escopeta? Es que en la guerra todas las armas valen. Entonces ¡tra tra tra tra! La ametralladora fue fatal. Pero no, seguimos vivos. Y ¡boom! La última bomba, la que finalmente nos derriba, es como eso que no esperábamos oír nunca de la persona a la que amamos, o eso que no pensamos que podía hacer alguna vez. Esa es quizás una buena alegoría para la derrota bélica.

Todas onomatopeyas. Sin embargo, en la realidad se hacen sentir. Lo peor de estar herida de guerra es que estás en el campo de batalla, amenazada por otros ataques y sin nada a lo cual aferrarte. Porque cuando estás ahí, como si fueses un pichón con un ala rota, ya ni siquiera importa defenderte, al menos deseás salvarte para creer que todo eso es un sueño, que la guerra puede acabarse. La soledad es ese instante en el que sentís el bombardeo, el minuto final antes de morir en el que estás así, sin nada.

Estoy herida de guerra, necesito algo a lo cual aferrarme. Pero no hay nada. Desde que dijiste esas últimas palabras antes del portazo final, en mi casa ya no quedan muchas cosas. Aunque sea me gustaría tener un cigarrillo, una copa de vino o algo que mitigue un poco el dolor de los golpes. Deberías verme, la fotografía es casi idéntica al día que me encontraste. Lo que te salva, a veces te ata, a veces te desata y otras tantas te mata.

Voy a quedarme acá, imaginando la nicotina que escarba las entrañas mientras me decido a juntar un poco de fuerzas para buscar algo a lo cual aferrarme, un cajón de la casa tiene que esconder un talismán de salvación. Si se te ocurre volver, me gustaría pedirte que muevas un poquito mi mirilla. Quizás sea hora de cambiar la óptica para apuntar a lo que en verdad ocasionó esta guerra, para acabarla y no para ganarla.

repelente

Soledad se pasó un año usando repelente.

Con la infidelidad evitó los compromisos.
Con Pablo que tenía a su novia en San Marcos.
Con Lucas que engañaba a su esposa con cualquiera.
(No quiere decir que Soledad sea cualquiera)
Con Hipólito que estaba en la crisis de los cuarenta.
Con el artista de la esquina que tenía varias.

Con la ignorancia se cubrió algunas veces.
Con esos de los que nunca supo ni el nombre.
Con esos con lo que jugó a ser una muñeca.

Con la distancia se excusó de a ratos.
Con Lucas (otro Lucas) que estaba tan lejos.
Con Diego que vivía en el otro extremo.

Con la indiferencia (hacia ella) resistió también.
Con Sebastián que sólo llamaba los viernes.
Con Osvaldo que la buscaba en sus depresiones.
Con Leandro que pedía compañía sólo a veces.
Con José que la invitaba cuando tocaba la banda.

Durante todo un año Soledad ha usado repelente.
Quizás como una manera de honrar su nombre.
Quizás como una forma de olvidar a aquel hombre.
Ahora que pasó el verano y no hay más mosquitos,
Saldrá a encontrar un beso en la comisura del labio.
Ya es hora de reconstruir la piel con picaduras.

7.3.12

abre tus ojos

Cerraste los ojos para dormir, o para escapar.
A la mañana siguiente, te anoticiaste del hecho.
Años durmiendo al lado de la persona equivocada.
Pero no le creas a los prejuicios y a los miedos.
Todavía podés volver a empezar, no es tarde.

Hay batallas para ganar, otras para justificar.
Aún es momento de buscar al amor, existe seguro.
Quiero creer que el amor ocurre (al menos) una vez.
Porque en algún lugar está, aún con errores y defectos.
El amor es lo que corrige los defectos de nuestra humanidad.

Así abriste los ojos y supiste que era hora de empacar.

6.1.12

mail

Hola. Acá estoy, ¿cuánto tiempo ha pasado? Pero aún así creo que seguimos siendo los mismos, te escribo cada Navidad y espero que me respondas como lo hacés. Y cada final de año, una semana después de mi contacto y cuando quizás vos deberías llamarme, no lo hacés. No te preocupes, sé como sos y aprendí a aceptarte así. Yo también tengo mis cosas.
Este es nuestro mes aniversario, de aquella primera vez en la que nos conocimos. Simplemente llegaste, te asomaste por la ventana con un casco de obrero en la cabeza, pero te olvidaste de proteger tu corazón… aún cuando creo que no hubiese existido seguridad que resista a lo que pasó después. Te enamoraste de mí. Yo de vos, claro.
¿Cuánto tiempo fue? El suficiente para que un día nos diéramos cuenta de que nos amábamos. He vivido muchos encuentros después, pero nunca uno tan maravilloso como nuestro desencuentro. Casi con el carácter de un artista, sos el autor de uno de los pasajes más hermosos de la historia que me compone.
Te escribo para contarte algo lindo, creo que nos faltaron alegrías por compartir y quizás sea el momento de recuperarlas. Estoy embarazada. Es tan breve la frase, tan inmenso el silencio que le sigue y tan tácita cualquier palabra que se exprese luego de tal noticia, que no espero (una vez más) ninguna respuesta tuya.
Toda la tarde, desde que el análisis dio positivo, he pensado en vos. Soy, indudablemente, la mujer más feliz del mundo en estos momentos. Y tanta alegría me dejó de cara frente a algunos recuerdos, sólo venimos al mundo a llevarnos, justamente, los recuerdos de los afectos que encontramos en los años que acá estamos. Vos sos una de mis memorias más bonitas.
Tengo que dejarte, mi marido va a llegar en cualquier momento. No es que no sepa de vos ni que le oculte cosas, pero prefiero que no crea lo que no es. Porque sabemos los dos que el amor se nos agotó hace mucho, sólo nos quedó el afecto de dos personas que supieron amarse. Y también sabemos que estamos en alguna parte cuando necesitemos uno del otro. Hoy necesitaba compartir mi felicidad con vos.
Ya sabés cómo son nuestros finales…sólo suceden. Pero esta vez te mandamos un beso, mi bebé y yo. Cuidate.

4.1.12

reglas

Tal vez en la excepeción somos nosotros mismos por definición*.

Nota del editor: en una sociedad supuestamente civilizada, vivimos con y de reglas. La regla del matrimonio, la de la carrera o el trabajo, la regla de la cordura y las buenas costumbres, probablemente la regla de la libertad también. Todas reglas. Quizás sólo en la excepción somos genuinamente nosotros.