27.4.12

la calesita

Perdí la cabeza de tanto girar en la calesita.
El mareo fue tremendo y el golpe me dejó sin aire.
Hay juegos peligrosos por más felices que nos hagan.
Pero me levanté con la certeza de los soberbios.
Esos testarudos de gritos caprichosos que se oyen.
Y quiero dar vueltas hasta perder la cabeza otra vez.
Es la obstinación resignada ante lo incontrolable.
Entonces observo la calesita que gira en mi espera.

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