12.6.12

mandarina

No es que somos media naranja y venimos al mundo a buscar la otra mitad.
Diría más bien que somos primos hermanos de aquel cítrico, somos mandarina.
Y en cada ocaso vamos perdiendo gajos hasta también desintegrarnos.
Suerte que existen los amaneceres, que aún siendo tan costosos nos despiertan. 
Pero hay que levantarse compañero, estas frutas son de estación mientras dura.
Ojo con la confusión, no somos cebollas que en cada capa desangra en lágrimas.
Somos de color naranja, dulces. Las cosas buenas merecen grandes homenajes.
Y también los lindos recuerdos, los que se quedan más allá de la finita carne.

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