3.4.11

accesorios

Mamá, papá, hermanos y el resto de la familia; mis amigas de siempre y alguna que otra profe del cole, sin contar a la vecina madraza. Todos ellos han hecho de mí un objeto estable en el medio de un cristal indestructible. Pero los que viven de envidias, los jefes y los infieles se me volvieron enemigos tratando de derribar a huevazos el muro invisible.

Quedé herida de guerra entre tanto zangoloteo hasta que un equipo de llamados profesionales terapéuticos trabajaron duro para construir una silla de ruedas. ¡La puta que demoraron! Fueron muchos años y en uno casi me pierden.

Ahora que cada tanto salgo a correr para mover los músculos acalambrados de tanto estar ahí quietecitos, o que a veces me traen en muletas, ahora, es que me dedico yo también a fabricar de vez en cuando algunas sillas de ruedas. Pero sólo a personas que me atraen por un motivo que puede ser tan razonable como fortuito. Entonces me detuve un rato en vos, al menos un ratito dejame sentir que hice algo de lo que vos hiciste por mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si Lu tal vez tu fábrica de sillas de ruedas tenga demaciados clientes a tu alrededor...es que son hermosas esas sillas que llevan a los heridos de lo mismo que vos decis...quizas algu
ún día fabriques una para mi, o me acerques una usada, o aunque mas no sea un bastón para este herido... quizas de muerte

yo