Rudisi, como todo italiano desterrado,
está siempre al servicio de los desafíos.
Amablemente, te da una mano, después la otra.
Y a mi, no me queda más que reivindicar
a los que se bajaron del barco y cambiaron,
siempre con el poder de su espíritu.
Inmigrantes desarraigados que llenaron
de glorias un país, una nación...
¡Gracias Rudisi!!!
1 comentario:
De nada, cuando gustes..
Rudisi a su servicio. je
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