4.5.10

mi frasco de algodón

Desapareciste cuando se rompió, y vos que creías que no pasaría.
Te encargaste de condenarme con la culpa a una cadena perpetua.
Y ya se rompió corazón, se rompió cuando me lo crucé en un espejo.
¿Un hombre? No, me crucé con mi reflejo, el de estos ojos negros.
Se te hizo tarde, o quizás aún es temprano, para que entiendas,
para que adviertas que en las cosas que hacemos hay un ida y vuelta.
Suerte que ahora me lleva sólo un segundo, decir que ya te perdoné.
Ahora hay alguien más que va a llevarse un frasco de algodón.
Primero yo, que armaré y entregaré mis sueños, de colores esta vez.
Después un vecino, que será capaz de sorprenderme viviéndolos con él.

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