Ella mira fijamente las cartas, y yo a ella.
Da vuelta la última y la pone sobre la mesa,
“y es el amor de tu vida”, sentencia.
Te busco entre cada hombre que llega.
Y te encuentro en el dictamen de una carta.
La que anunció que llegarías, y no dijo cuándo.
Y es la ansiedad la enemiga que combato.
Pero también es el miedo de dejarte pasar,
de no reconocerte, ¿y si ya estás acá?
Ahora cuando la soledad me aprieta,
cuando el pasado se alejó y otra vez sueño.
Pido señales porque sos mi único dueño.
Aún en la ausencia
Aún sin conocerte
Aún con esta inocencia...
Te espero.