19.9.08

epílogo

Carta a vos

No sé todavía si puedo creer, entender, asimilar lo que anoche pasó. Siempre he creído en las causalidades, en las razones que justifican los hechos. Pero esta vez y sin dudarlo, puedo afirmar que nos enamoramos por casualidad.
Mi memoria es volátil. Solía ser fotográfica, metódica, ordenada. Guardaba todo, pero se volvió volátil. Sin embargo recuerdo cada cosa y cosita de ese fin de semana que nos encontramos por primera vez. […] Recuerdo que después que te fuiste te llamé por teléfono para que me dijeras que era mentira, que lo de esa noche no había existido. Sí, fue real. Ya lo sé.
Escribo porque el día avanza y no entiendo todavía cómo fue que anoche no nos besamos, no nos tocamos. Entonces hoy volvería a preguntarte, ¿anoche existió? […] Cada uno de nuestros encuentros estaba signado por el deseo y la pasión. Sí, es verdad, fuimos más que dos cuerpos. Lo nuestro fue una relación de verdad y, como tal, hubo todo lo otro que alimenta el afecto, la paciencia, el respeto y la necesidad. Pero tuvimos dos problemas que no supimos resolver. Uno, nunca nos entendimos o nos entendimos mal. Dos, fuimos a destiempo. […] Fui enteramente feliz a tu lado y confío en que vos también. Te amé. Y mucho. […] Anoche me quedaba prendida a vos, ahí a donde tantas veces me hubiese quedado. No alcanzaría una medida cuántica para calcular el amor que sentí por vos […] Y las cosas se dieron de esta manera, entonces puedo decirte que he sufrido en esta relación lo que no había sufrido antes. Pero como esa no es la vida que proyecto para mí, la del dolor, decidí dejar que el amor se fuera sin mí. Entonces lo vi tirarse desde la terraza de un piso 12 antes que pasaras a buscarme anoche. Lo vi suicidarse, cobarde o resignado pero valiente por dejarme seguir viviendo a mi. […] Y le agradezco a este amor haberme hecho tan mujer, tan grande. Incluso con su muerte reivindicó mi existencia. […] Millones de cosas nos quedaron por hacer, millones de palabras por decirnos. Hoy no sé cuál de los dos está más perdido, más dolido, más necesitado de la química del otro. Si alguna vez la vida vuelve a juntarnos, mi amor, evitemos por favor repetir ese patrón que nos dejó parados en el medio de la ruta, tremendamente vulnerables.

Julia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy lindo, pero igual ya sabes cual es el que me gusta mas.

Anónimo dijo...

el amor no se muere.

Anónimo dijo...

¿quièn dijo que el amor no se muere?