Encapsulados en una caja de ficción, pasa el tiempo de color transparente, y corren corren los humanos con la ilusión de alcanzarlo para liberarlo.
Y en el rostro, tristezas de utopías rasgadas que no llevan a ninguna parte.
¿Y si en vez de seguir nos frenamos un rato?
¿Y si nos liberamos de nosotros y después al tiempo?
Y si el cuerpo es la cárcel del Alma y el reloj la del tiempo, ¿por qué no romper barrotes de hierro?
¿Y si en vez de contar segundos diéramos más besos?
A dónde nos hicieron creer, viejas generaciones de antaño, que podíamos llegar nosotros con tecnologías de punta, con el rigor de una metodología científica y con sistemas de costo-beneficio.
Y quiénes pensaron que con canciones de protesta podían seguir caminos alternativos que no fueran igualmente crueles.
Si de esto se trata la naturaleza humana: bueno/malo, perfecto/imperfecto, violento/pacífico…no importa si Hobbes o Rousseau … o cualquiera de todos sus aliados…hoy estoy enojada con el tiempo que se parece a ficción y con el cuerpo que es de más material…
Me quedo en esta, otra de esas tardes de abriles tristes, con las manos en la máquina siendo profeta de los no segundos.